domingo, 3 de febrero de 2008

Los niños y las otras familias

Foto: Eme y yo vistos por Júlia. Barcelona, enero de 2008
Cuando Eme y yo decidimos casarnos, fuimos invitando poco a poco a nuestros familiares y amigos, regalándoles una tarjeta que nosotros mismos habíamos elaborado, con fotos nuestras y con un texto que habíamos preparado para la ocasión. Era una tarjeta sencilla pero hecha con el corazón, tal y como queríamos que fuera nuestra boda.
Tras repartirlas, una amiga nos contó que cuando les dijo a sus hijos que Eme y yo nos casábamos, el pequeño le preguntó: “¿con quién?”. Ella les dijo, “¿cómo que con quien? Ellos dos.” Y el niño dijo: “Ah! Vale”. Y siguió jugando. El niño vino a la boda y vivió la ceremonia y la fiesta con toda naturalidad. La pregunta sólo era fruto de su falta de experiencia. Los niños no son tontos, simplemente les falta información, y aquella era su primera boda gay; bueno, claro, y la mía también.
Esta semana, otra amiga nos ha regalado este dibujo, que está hecho por su hija de seis años, Júlia, que también vino a la boda. En el dibujo aparecemos Eme y yo con un corazón en medio. En realidad tendría que decir yo y Eme, porque el de la izquierda soy yo y el de la derecha Eme, pero no quiero que mi madre me diga lo que me decía cuando era pequeño: “el burro delante para que no se espante”.
Júlia tiene una gran capacidad de observación, me ha hecho más bajito y más cabezón que Eme. Le agradezco, eso si, que me haya puesto tan joven, y con ese peinado tan moderno. Siempre he querido llevarlo así, pero no me he atrevido. Tendré que hablar con mi peluquero, ahora que veo que me queda bien.
Digo que Júlia tiene una gran capacidad de observación, porque tiempo antes de la boda, le preguntó a su madre si Eme y yo éramos pareja, y ella le dijo: pregúntaselo a ellos. Así que un día en su casa, después de comer, se nos acercó y nos lo preguntó. Nos dijo que en su colegio no había ningún niño que tuviera dos papás. Nuestra amiga nos lo había puesto difícil, entre pasarnos el muerto de explicarle a la niña todo el cotarro, y encima llevarla a un colegio de monjas, donde es difícil encontrar referentes de otros tipos de familias, menudo marrón nos había pasado. Aun así Eme le empezó a explicar que había diversos tipos de familias: unas en las que vivían el padre, la madre y los hijos todos juntos; otras que vivían por separado padre y madre; otras que no había padre, y la familia la componían la madre y los hijos; otras en las que no había hijos, solo un hombre y una mujer; y luego había también otras en las que había dos hombres o dos mujeres que vivían juntos.
Júlia dijo: Ah, vale! Y se fue a jugar, pero según dice su madre, parece ser que no lo entendió; y su madre muy sabiamente, le volvió a decir que nos lo volviera a preguntar. Y así lo hizo. Y Eme se lo volvió a explicar, y este dibujo de hoy, es la prueba de que ya lo ha entendido, que después de asistir a la boda, y de vernos como “els tiets” (los tíos), ya tiene un referente claro, y lo ha puesto en un papel, como hacen los niños con todas sus cosas importantes, para que no se les olvide.
Ojalá los de la conferencia episcopal y los del forum de la familia aprendieran a dibujar otros tipos de familia, como lo ha hecho Júlia; y que con el respeto y el cariño se llega mucho más lejos que con el odio. Si uno no entiende las cosas, basta con volver a preguntarlas, como hizo Júlia, con toda la naturalidad y la sencillez del mundo.
Feliz día, viajeros.
Entrellat

No hay comentarios: