martes, 11 de marzo de 2008

Los nuevos pecados

Foto: Unas monjitas rezando. Granada, febrero de 2008
A todos nos suenan la lujuria, la gula, la avaricia, la pereza, la ira, la envidia, y la soberbia. Son los siete pecados capitales, establecidos por el Papa Gregorio I, y a los cuales todos en mayor o menor medida hemos sucumbido alguna vez.
Esta mañana me he quedado a cuadros cuando en las noticias he leído que la iglesia establece nuevos pecados, una nueva lista para añadir a la anterior, lo que ahora llaman “pecados sociales”: la manipulación genética, el daño ambiental, la acumulación excesiva de riquezas, el narcotráfico y hasta el consumo de drogas, entre otros.
Monseñor Gianfranco Girotti, decía con un cinismo típico de los mejores tiempos del PP, lo siguiente, que cito literalmente para que no parezca manipulado: "Uno no ofende a Dios sólo al robar, blasfemar, o desear la mujer del prójimo. También lo hace cuando daña el medio ambiente, participa en experimentos científicos dudosos y de manipulación genética; cuando acumula excesivas riquezas, consume o trafica drogas; y cuando ocasiona pobreza, injusticia y desigualdad social".
Pero si todo eso parece la lista de funciones de la iglesia. ¿No daña al medio ambiente la Iglesia cuando contribuye a fabricar armas en empresas de armamento pesado de su propiedad? No, seguro que no, no son ellos los que destruyen, matan y contaminan, no, son los que usan estas armas. ¿No tiene el Vaticano una de las mayores riquezas del mundo? No, seguramente no. Todo lo que hay en los museos Vaticanos, y en sus arcas, son solamente regalos; y de pequeños nos enseñan que los regalos no se pueden dar a los demás. ¿No ocasiona pobreza, injusticia y desigualdad social, su política anticonceptiva, que genera tantas y tantas muertes en África y el resto del mundo subdesarrollado? ¿No genera injusticia su negativa a admitir los matrimonios homosexuales, o a admitir a la mujer en el sacerdocio, entre otras tantas cosas?
En fin, que podríamos estar un mes entero enumerando las injusticias que la Iglesia ha cometido y comete actualmente y los daños que provoca, pero seguro que muchos ya los conocéis.
Después de unas declaraciones como las de Girotti, se puede aplicar cualquiera de las máximas del saber popular: “a Dios rogando y con el mazo dando”, “haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago”, o lo que nuestro sabio Quijote dijo a su amigo y compañero de fatigas: “amigo Sancho, con la Iglesia hemos topado”.
Que tengáis un feliz día, viajeros.
Entrellat

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