jueves, 23 de septiembre de 2010

Primeros días de otoño

Ha llegado el otoño, avisan los diarios, pero los árboles­ -que no saben de calendarios- miran al sol que aparta las nubes y se empeña en seguir viniendo; los árboles con las hojas que todavía están en sus copas siguen protegiendo con su sombra al suelo y a la gente que se cobija bajo ellos. Más adelante, cuando el frio haya llegado y se fije dolorosamente en las cortezas de los troncos, como apretándolos, las dejarán caer para tapar el suelo, para protegerlo con una capa fina y frágil de hojas muertas, como si de una manta se tratara. Pero a pesar de que los árboles insistan en dejarlas caer, el viento y los hombres-jardineros se empecinarán en retirarlas, en dejar el suelo desprotegido, sin tener en cuenta lo que desde siempre han pactado los árboles y el suelo. Durante el buen tiempo los árboles tomarán de éste su alimento y cuando el frio empiece a dejarse caer lo protegerán con su manta de hojas, y cuando los primeros rayos de sol vuelvan a insistir, el suelo dejará que las hojas que se han ido pudriendo encima de él le penetren para servir a los árboles de alimento, otra vez. Ese es el pacto que los hombres y el viento han roto sin saberlo. Pero el suelo, sin embargo se conforma con las raíces de los árboles que lo retienen en un abrazo incesante, y se conforma también a pesar de que los árboles, por culpa del viento y de los hombres no hayan cumplido con su parte del pacto, a pesar del desgaste constante. Se conforma, pero no entiende por qué los hombres en un trabajo inútil le quitan las hojas en otoño y cuando vuelve a hacer buen tiempo, le regalan con nutrientes hechos a base de hojas muertas de otros árboles.

Que tengáis un buen día viajeros.

4 comentarios:

Amelia Díaz dijo...

Cuánta razón tienes, Fran...cuánta razón.
Qué lástima que el viento, el árbol, el hombre y el mar no alcancen a entenderse...

Besos desde mi Mar Eterno

Anhermart dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Manel Aljama dijo...

Hombre. ¡Ya estás de vuelta! Ya te han dejado libre para escribir los "artesanos del ladrillo". Has ganado en poética. Has hechbo una entrdada llena de otoñal razón. Me hace pensar en el ¿por qué me pones la venda después de herirme? ¡No me hagas daño y no necesitaré la venda! Con esta reflexión ya te estás acercando a muchos seres humanos que piensan igual.

Felicidades por el nuevo look del blog.

manel

Amelia Díaz dijo...

Traigo algo relacionado con otro tema, tras haber hablado con Manel. No os conocía en noviembre...pero aquí llego:



http://azulmareterno.blogspot.com/2010/09/aquello-que-no-es-de-olvido.html

Besos