martes, 24 de mayo de 2011

Indignados, pero no mucho

Foto: La acampada de los Indignados en Terrassa. Mayo de 2011
Dos días antes de las elecciones una amiga me envió un correo en relación a los Indignados del 15 de mayo, que decía lo siguiente: “Qué alegría, se ha despertado la sociedad”. Y yo le respondí: “Qué suerte, vuelvo a creer que no todo está perdido. Una vez más la juventud es la que apuesta, la que arriesga, la que lucha por un futuro mejor”.
Pensé que ahora teníamos una gran oportunidad de explicar a los políticos, y no sólo a los que gobiernan ahora —que también—, si no a todos los que han estado y a los que vendrán, que no estamos de acuerdo con la manera de hacer política. Que no estamos de acuerdo en que se congelen las pensiones, o se rebaje el sueldo de los funcionarios, y se hagan recortes indiscriminados en Sanidad y en Educación, mientras que el sueldo de los políticos y los consejeros sigue creciendo, camuflado entre pluses y gastos por participar en comisiones, etc. Que no estamos de acuerdo en que se aumente la edad de jubilación a los 67 años, mientras que ellos con sólo dos legislaturas —y no hace falta acabarlas—, ya tienen derecho a una pensión vitalicia, que además no es incompatible con otros trabajos. Que la corrupción no sólo no perjudique a los políticos que la practican o la permitan, si no que los encumbra en mayorías absolutas que nada harán para que este tipo de actitudes dejen de perpetuarse en el tiempo. Y como estas, muchas cosas que este estado de derecho, lleva escribiendo en renglones cada día más torcidos.
Hoy, dos días después de las elecciones, y que conste que no tiene nada que ver con el resultado —que también—, mi parecer es otro. En vista de lo poco que han concretado, de lo poco que han propuesto, me temo que este movimiento inspirado en las revueltas de Egipto, o de Túnez, que tanto han conseguido para aquellos países, y para el resto del norte de África, se quedará en una foto como la de arriba, en blanco y negro, para la historia, para llenar otra página de los anuarios con lo que pudo haber sido otra revolución de mayo, pero que se quedó en tan sólo una acampada.
Que tengáis un buen día, viajeros.
Fran

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Es que si solo te une la indignación no vas a llegar muy lejos. Para que un viaje compartido - cualquier viaje en el sentido más amplio - acabe bien hay que compartir cosas positivas, verdaderas, ... Hemos perdido otra oportunidad ? Ya ? Pués ha durado poco. Era un espejismo ?

Montserrat Company

Anónimo dijo...

Esperem...les revolucions són lentes.
una optimista ( l'Argelaga)

Anónimo dijo...

Quizás ésta haya sido una semillita. Quien sabe...

podi-.

Fran Rueda dijo...

Tant de bo que això sigui només el començament i que la meva por es quedi només en això, en por a que no s’aprofiti el moment. És cert que les “revolucions” no es fan en un dia, ni en dos, ni en quatre. Esperarem aconteixements i el més important, ens afegirem a les propostes que puguin sortir. D’una manera o d’una altra tots hauríem d’estar indignats.

joanbarcelona dijo...

Yo no sería tan negativo: algo se ha movido y se está moviendo. Lo que ocurre es que el resultado se ha de ver reflejado en las urnas y muchisima gente sigue sin ir a votar (indignados o no). Como siempre, la derecha es mucho más fiel a la "normalidad" de votar. El resto...en fin! como pensamos individualmente....asi nos va!

Pero no hay que resignarse. Algo se hará.

Por cierto, yo voté para escons en blanc y fue la octava-novena fuerza más votada en Barcelona. Más de 10.000 personas le votaron!

Joan.

josu_sein dijo...

Nunca se había comenzado una revolución, y va a continuar. Cuando se acaben estas acampadas, más adelante se harán más. Ten fe.
.

Manel Aljama dijo...

Aunque sean pocos en ciudades como Terrassa o Sabadell, esto es como un géiser. Tiene un antes y un después. A diferencia del mayo del 68 en el que se pedían cosas imposibles para aquel entonces, lo que piden ahora los indignados (que no son sólo estudiantes y obreros), es de lo más justo. Y si no, el tiempo dará o quitará razones.
Manel