viernes, 12 de octubre de 2007

Con huevos a Santa Clara

Foto: Detalle del patio del convento de Santa Clara. Tordesillas, septiembre de 2003

(Ellas)

- Hasta las tetas, estoy hasta las tetas de que nos traigan huevos, que nos va a coger un dolor de hígado que nos vamos a quedar tiesas. Si es que ya no sabemos que hacer con tantos huevos. Todavía se creerán que los pastelillos que vendemos los hacemos nosotras, coño, que parecen tontos. Y mira que hemos hecho correr el rumor que preferimos los cedés vírgenes, que nos van mucho mejor, que les damos más utilidad, y aun así aparecen los clasicorros estos y nos traen huevos para que no les llueva el día de su boda.

- Hermana, por favor, ese vocabulario, que nos van a oír.

- ¡Anda ya! Si hoy estamos de turno nosotras dos en el torno, y no hay nadie más. Calla, que se oyen otros ahí fuera.

(Ellos, unos momentos antes)

- ¿Quieres decir que lo de los huevos funciona? No se, que se conoce que ellas prefieren los cedés. A ver si la vamos a cagar y mañana nos llueve a cántaros.

- Anda, no seas tonto, que esto de los huevos es por la tradición, si total, si fuera por la Iglesia mañana nos caían chuzos de punta. No ves que nosotros somos gays y les rompemos su esquema de familia.

- Entonces no se por qué los traemos, si total no nos va a servir para nada. Ya te dije que era mejor lo de los cedés. Y encima a ver si se van a poner malas, que los huevos llevan tres semanas en casa.

- Bueno, y qué pasa, es que antes no los hemos podido traer, con los preparativos de la boda, que pareces tonto.

- Como tú digas, cari, pero yo no hablo que se van a dar cuenta que somos gays. Ah! y no te olvides de comprar pastelillos.

(Ellos a ellas)

- Hola hermana, que les traemos unos huevos porque mañana nos casamos y queríamos el favor de Santa Clara, para que nos hiciera buen tiempo, si es posible, claro.

- Sí, sí, el favor de Santa Clara, que nos han dicho por ahí que ustedes prefieren los cedés, pero claro, nosotras, uy perdón, nosotros, no les hemos hecho caso, que ya sabemos que hay muy mala gente por ahí, que se quieren reír de unas pobres monjitas, así que nosotros les hemos traído lo de toda la vida: huevos, huevos.

(Ellas, a parte)

- Anda, otro par de maricones, si es que dónde vamos a llegar. Esta semana llevamos tres. Si por mi fuera, les caían las siete plagas de Egipto juntas. Dónde se ha visto, dos hombres casándose. Y encima más huevos. ¡Manda huevos!

- Hermana, que le van a oír.

(Ellas a ellos)

- Uy muchas gracias, hijos, que Santa Clara os bendiga. Nada, lo de los cedés deben ser las malas lenguas, pero claro, si nos los traen nosotras los cogemos, que bastante hace la gente con traer lo que pueda, como para que nosotras lo rechacemos. No, no, si cedés, pues cedés, y si huevos, pues huevos. Pues nada, bonitos, que nosotras ya rezamos esta tarde para que mañana no nos llueva. Ala, venga, andar con Dios.

(Ellos)

- ¿No has notado un cierto rin tintín en su manera de hablar? Que yo creo que nos han calao. Claro, si te hubieras estado calladito…

- Que no tontón, que es su manera de hablar. ¿Ves como preferían huevos? ¡Anda, ya se nos ha olvidado comprar los pastelillos! Y mira que te lo dije.

- Quita, quita, que a ver si los que trajeron los huevos antes que nosotros los tenían hace dos meses en casa y mañana nos estamos cagando por las esquinas durante la boda.

Feliz día, viajeros

Entrellat

PS: Hoy le dedico la actualización a Jorge (Conxo)

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