martes, 2 de diciembre de 2008

Secretos inconfesables

Foto: La tarta de manzana realizada hace unos minutos con la receta de Cuarzolaya
Después de salir del lavabo, Andrés volvió a pasar por el largo pasillo que le separaba de la cocina. Si antes ya le parecía largo, desde que tuvo el infarto cerebral, hacía escasamente un año, todavía le parecía mayor. Le costaba mucho no arrastrar los pies, ya que a pesar de no ser muy mayor, el infarto le había dejado la movilidad algo reducida. Se agarraba a las paredes en el intento de no arrastrar las zapatillas de franela, para no hacer ruido. No quería que su hija se despertara y le pillara hurgando en la nevera.
Se dirigió a la cocina por segunda vez, haciendo al revés el mismo recorrido que había hecho hacía veinte minutos. La primera vez salió de su habitación y entró en el lavabo que estaba situado justo al lado. Su hija lo tenía reservado exclusivamente para él, por la proximidad de las dos estancias, decía ella, aunque la realidad era que no soportaba que la primera visión que tuviera por las mañanas al levantarse fuera el bote con la dentadura de su padre.
Nada más entrar en el lavabo, tiró el agua del bote y sacó su dentadura postiza, se secó con la toalla, y se dirigió a la cocina, despacio, con la dentadura en la mano. Cuando llegó, cortó un trozo de papel de aluminio del dispensador que estaba en la repisa, al lado del microondas, envolvió la dentadura y la introdujo en el congelador, escondida debajo de lo primero que encontró, esta vez le pareció que eran unos sanjacobos.
Volvió a hacer el camino hacia el lavabo y cuando terminó de asearse y de peinarse, retomó el pasillo hacia la cocina, abrió el congelador, retiró los sanjacobos, y recuperó su dentadura. La desenvolvió meticulosamente y se la colocó. Le encantaba sentir el frescor que en tan poco tiempo conseguía retener la dentadura. Esa sensación le aliviaba sus dañadas encías y conseguía un placer, que desgraciadamente duraba tan solo unos minutos.
Con la dentadura ya puesta, cortó un trozo de tarta de manzana que su hija había preparado el día anterior con una receta que había encontrado por internet y la degustó, sonriendo por esos pequeños placeres, el de la dentadura fría y el de la tarta de manzana, que la vida todavía le ofrecía, como si fueran secretos inconfesables. Aunque en cierto modo lo eran, ya que su hija le había prohibido que dejara la dentadura en la nevera, a pesar de que ella dejaba el antifaz de gelatina que utilizaba para sus cada día más habituales migrañas; pero claro, era su nevera, era su casa.
Hace un momento he visto una receta de manzana en la página de /cuarzolaya, y como se me había acabado el riquísimo tiramisú que /latriche y los demás trajeron a la cena-excusa-para-vernos de este sábado pasado, he corrido a preparar una, porque me ha parecido muy sencilla. Ahora mismo corro a probarla, que hace unos minutos que la he dejado encima del mármol enfriando y mientras tanto os he preparado esta historieta. En la próxima actualización os digo como quedó la tarta.
Que tengáis un buen día, viajeros.
Entrellat
PS: Aprovecho para dar las gracias a el_ruso80, la_triche, mr_conxito, nekobcn y a mi hombre por el buen rato que me hicieron pasar este sábado en casa. Y a cuarzolaya por la receta.

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