viernes, 5 de diciembre de 2008

Speaking in silver

Foto: La carta de Konstantin. Terrassa, diciembre de 2008
Queridos señores de la Real Academia de la lengua española:
Mi nombre es Konstantin, y hasta hace un par de años vivía en el sur de Rusia, pero me vine a vivir a su país, por cuestiones de trabajo; sin embargo, creo que volveré a Rusia, porque no me acostumbro a su lengua. Me dijeron que era una lengua sencilla de aprender, pero no ha dejado de generarme problemas desde que llegué. Les pondré un ejemplo.
Mi vecino Hache se enfada mucho conmigo cada vez que lo llamo por su nombre. Yo pensaba que se llamaba José, porque así lo vi escrito en el buzón y cuando hablé con otro vecino de él, y le pregunté:
-Has visto a José el presidente?
-Querrás decir a Pepe – me dijo.
-Pues en el buzón pone José – le dije yo.
-"Llámale hache"- me dijo él, y desde entonces le llamo así, pero veo que no le gusta mucho.
El mismo día bajé y le dije: Hache, me dejas un martillo, que tengo que "clavarle un clavo" a la vecina del quinto. No sé qué entendió, pero se empezó a reír y me dijo que iba a buscarlo y que venía "cagando leches". Yo pensé que le había sentado mal el desayuno y que tenía diarrea, pero no, volvió enseguida con el martillo y se volvió a marchar con una sonrisa picarona en la cara.
Al ver que no podía clavar el clavo, bajé otra vez a casa de Hache y le pedí un taladro, y me dijo que no tenía, que eso "valía un huevo"; así que subí a casa y bajé a la ferretería, pero a la chica de la caja no le hizo gracia que le pagara con un huevo.
-"Te vas a quedar conmigo?"- me dijo la chica, como enfadada.
-No, no me puedo quedar contigo- le dije yo - tengo que "clavarle un clavo a la vecina", por eso quería el taladro.
-"Me tomas el pelo?" - me volvió a preguntar la chica, que parecía más enfadada todavía, y cuando acerqué la mano para acariciarle su cabellera, me soltó un bofetón, que me dejó sordo.
-"Lárgate pitando" de aquí – me dijo la chica quitándome el taladro de las manos.
- Piiiiii – dije yo mientras me marchaba, con una mano en la oreja, y sin entender absolutamente nada, pero no era cuestión de que se enfadara más.
Al llegar a casa de la vecina para explicarle lo que había pasado, me dijo: - date prisa, que "vas pisando huevos". Miré al suelo pensando que se me había caído el que había bajado a la ferretería, pero me acordé que se lo había quedado la cajera. La vecina empezó a hablar y hablar, y a hablar, y yo a pesar de que no entendí lo de los huevos, esperé a ver si era verdad lo que decía Hache, que la vecina del quinto "hablaba por los codos"; pero no fue así, sólo hablaba por la boca, como todos.
Les escribo esta carta para que sepan que su país me gusta, pero que en unos meses, cuando acabe mi contrato de trabajo volveré a mi país, porque no puedo soportar todo esto, no entiendo a los españoles. Además quería pedirles si podrían eliminar de su lista de frases hechas, la de "beber como un cosaco", porque todos se ríen de mí cuando digo que soy abstemio, y me obligan a beber hasta caer en coma etílico.
Atentamente,
Konstantin el Cosaco
Hoy me voy de puente a Madrid, si queréis algún recado me lo decís. Yo aprovecharé para ver alguna exposición y pasear por las calles de capital del reino. Ah! y para llevar la carta de Konstantin a la Real Academia de la lengua, pobre hombre.
Que tengáis un buen fin de semana, viajeros.
Entrellat

1 comentario:

sirenovarado dijo...

Hola amigo viajero, me alegra recibirte en mi "casa" como tú dices. Conozco a García Alix, de hecho estamos participando en la misma exposición colectiva que se puede visitar en la galería Sen de Madrid, con el collage como nexo de unión. La semana que viene, posiblemente el sábado,vaya a Madrid, a ver esta y otras exposiciones. Seguirás en la capital para entonces? Sería estupendo saludarte y darte un abrazo en persona.