miércoles, 21 de noviembre de 2007

Perú bien vale una misa

Foto: Mujer Uro haciendo sus labores. Lago Titicaca (Perú), noviembre de 2007
Enrique IV de Francia al convertirse al catolicismo dijo “París bien vale una misa”, y esa célebre frase, que ha llegado hasta nuestros días, también es aplicable a Perú. Después de este viaje yo me atrevo a decir que Perú bien vale una misa. Y no, no me he convertido al catolicismo. Sigo siendo agnóstico.
¿Cómo hablar de Perú, sin ser condescendiente, sin parecer un turista ilusionado, o sin intentar ser un antropólogo de pacotilla? Creo que intentaré hacer lo que hago siempre, mirar el mundo como Rueda (*), desde mi punto de vista, desde mis ilusiones, y desde mi alma de Ulises inquieto, como alguien me etiquetó una vez.
¿Qué me ha llamado más la atención de Perú? Muchas, muchas cosas. Lo primero la gente, la cantidad de razas, etnias y grupos sociales. Resumiéndolo en una palabra que ahora está muy de moda, la diversidad. Después el paisaje, tan diferente del nuestro, y tan diferente entre si, desde la preselva de Machu Pichu al altiplano, donde tienen el lago navegable más alto del mundo, el Titicaca, pasando por los enormes valles, o la costa pacífica de Lima, o los volcanes de Arequipa, etc. Y eso que sólo hemos recorrido en estas dos escasas semanas menos de la mitad del territorio peruano, especialmente la zona sur.
Otra cosa que llamó mi atención es la organización social. En cada país que he visitado, y cuando la lengua me lo ha permitido, me gusta hablar con la gente, y ver como se organizan, no sólo a nivel gubernamental, que también, si no a nivel personal, a nivel laboral, a nivel religioso, cuales son sus inquietudes, sus miedos y sus ilusiones. En Perú, al ser un país tan diverso, en cuanto a desarrollo social, las inquietudes también son completamente diferentes, desde los campesinos del altiplano o las comunidades tribales, que con tener cubierto su día a día, ya tienen bastante, a la elitista sociedad limeña, donde se concentra la mayoría de la riqueza del país.
Además, hay muchos otros temas de que hablar, porque Perú es un país especial por todo eso, y por su clima, por sus monumentos, por su historia, por su incipiente nacionalismo indígena, etc.
A partir de hoy, y cuando el tiempo me lo permita, iré ampliando cada uno de estos temas, y otros que se me vayan ocurriendo. Sirva esta actualización de hoy como introducción.
Por cierto, que Perú es uno de esos países, a pesar de la injusta fama que tiene en Europa, en los que uno puede viajar por su cuenta, sin ningún problema. Diría que excepto por las distancias, que obligan a tomar vuelos constantemente, y es ahí donde la planificación se hace necesaria, el resto, las excursiones, los hoteles, los sitios donde comer, se pueden ir escogiendo sobre la marcha, sin ningún problema. Y la seguridad está garantizada. En ningún momento del viaje me he sentido inseguro. En resumen, una experiencia muy, muy recomendable.
Feliz día, viajeros.
Entrellat
(*) No, no es una falta de ortografía poner Rueda con mayúsculas, ese es mi apellido, y el título del blog es un facilón juego de palabras, que no hace falta que explique, ¿verdad? Bueno, si alguien lo cree necesario, lo explico, que para eso estamos.

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