Foto: Un semáforo de Le Marais.
En el Quartier de Le Marais, que se podría traducir como “el pantano”, donde judíos y gays comparten barrio, encontré este curioso semáforo.
Le Marais, que se extiende entre el Hôtel de Ville (el Ayuntamiento), la plaza de la Bastilla, la plaza de la República y el siempre presente Sena, intenta imitar tímidamente a los grandes barrios gays del mundo (el Castro en San Francisco, Chueca en Madrid o el Gayxample en Barcelona, por barrer para casa). Aunque lo más curioso de este barrio, no sea la vida gay, ni ver paseando por sus calles a judíos ataviados con sus barbas largas y sus gorros negros, y a gentes muy dispares; lo curioso, digo, es que se puede comprar en domingo. Todas las tiendas de ropa, la galerías de arte, las librerías, y demás comercios, saltándose la normativa, abren los domingos, y ese día sus calles están llenas de parisinos y turistas en busca de aquella pieza de ropa original que todavía París ofrece, aunque cada vez menos, o de un simple paseo para contemplar la gente que allí se da cita.
No os perdáis la plaza des Vosgues, donde la gente aprovecha, como en casi toda la ciudad, cualquier rayo de sol, por pequeño que sea, para estirarse en la hierba y tener una charla con los amigos.
Por cierto, que el semáforo, después lo supe, es un adhesivo negro, con una abertura en forma de corazón que alguien enganchó sobre la luz roja. Aunque me decepcionó que “Tráfico” en París no tuviera corazón, me gustó saber que algún artista inquieto, o un enamorado cualquiera, fuera gay o hetero, judío o cristiano, intentara hacer la ciudad más amable.
Os recomiendo “vivement” París.
Saludos, viajeros.
Entrellat
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