Foto: La Place de la Concorde desde la terraza del Jeu de Paume.
La escultura de la foto parece que no quiere mirar al obelisco, tal vez porque no debería estar ahí, si no en el templo de Luxor, en Egipto, de donde salió. Aunque fue un regalo de Mohamed Alí a Luis Felipe, en Luxor el hermano gemelo del obelisco llora por las noches, y mira el espacio vacío que hay en la entrada del templo, y sueña que tal vez un día vuelva a casa, mientras cuenta el tiempo en el maldito reloj, que dieron a cambio del obelisco los franceses, que se encuentra en la mezquita azul de El Cairo, y que por cierto, nunca llegó a funcionar. O tal vez no quiere mirar porque recuerda que en esa misma plaza se colocó durante la revolución francesa la famosa guillotina que acabó con la vida de Maria Antonieta, Luis XV, o curiosamente del mismísimo Robespierre, héroe de la revolución.
Ciertamente, la plaza es una de las más grandes del mundo; aunque la plaza del Forum, en Barcelona, la desbancara en el 2004; pero como dirían los que la tienen pequeña, el tamaño no importa. Y en este caso estoy totalmente de acuerdo. Yo que soy de Barcelona, barcelonauta, barcelonófilo, barcelonista, barcelonero y todos los neologismos que con el nombre de Barcelona se puedan poner a los que amamos la ciudad, creo ciegamente que en este caso, realmente el tamaño no importa. La plaza de la Concordia es un espacio vivo, lleno de museos y lleno de historia, mientras que la plaza del Forum, todavía sigue buscando su sitio y su función dentro de la ciudad. También es cierto que no me cabe ninguna duda que en poco tiempo lo encontrará. Tiempo al tiempo.
Estuvimos también en el cementerio Père-Lachaise, intentando encontrar la tumba de Edith Piaf, pero un pequeño tornado hizo que nos desalojaran por motivos de seguridad. Realmente el viento era sorprendentemente fuerte y había algunos árboles por el suelo. Nos quedamos sin ver a la diva. Por si tenéis ganas de recordarla, en el youtube encontraréis muchos de sus grandes temas.
Saludos, viajeros.
Entrellat
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