jueves, 28 de junio de 2007

Compartiendo suerte

Foto: Niño dejando un donativo a unos titiriteros. Venecia.
Los padres de Julián, cuando fallaron los intentos de tener un bebé por medios naturales, los intentos de tenerlo por inseminación artificial, y después de someterse a mil y una vejaciones, que también fallaron, arrancaron el largo y costoso proceso de la adopción. Se acordaban de cómo habían llorado el día en que vieron un documental por televisión, en el que se veían las casi torturas que recibían unas niñas chinas en un orfanato, y pensaron que sería buena cosa adoptar en ese país. Les habían dicho que sólo había niñas para adoptar, pero después de haber pasado por ese largo proceso, ya les daba igual niño o niña. Querían un hijo al que poder darle todo el cariño que llevaban dentro y enseñarle a ser persona, a la vez que ellos aprendían a ser padres y a ser mejores personas, también. Cuando recibieron la llamada de la agencia de adopción, en la que les avisaban que había un bebé a su disposición, creyeron que era una niña, y nadie les dijo lo contrario en las visitas sucesivas, así que en el larguísimo vuelo hacia China fueron pensando nombres de niña, para su nuevo bebé. La sorpresa fue cuando al llegar al orfanato se encontraron con que les tenían preparado a un niño; pero por su puesto les dio igual, estaba sano, y lo más importante, iba a ser su hijo.
Historias como estas se repiten diariamente en nuestro país. Muchos niños de diferentes nacionalidades son traídos, después de largos procesos de adopción. Desgraciadamente, no todo el mundo puede pasar por esos largos procesos, y no todas las parejas pueden adoptar con la misma facilidad. Hace unos meses, se me acercó una compañera de trabajo, a la que casi no conocía, pero con la cual había coincidido muchas veces por los pasillos, y en la cafetería donde voy a desayunar. Con la voz un poco tímida me dijo:
- Perdona que te moleste, igual me meto donde no me llaman, pero hay una cosa me apetece decirte. A mi primo y a su marido, les han dado en adopción, un niño. Hace unas horas que se lo han dado, y me han llamado hace tan sólo media hora. Te he visto aquí y quería compartir esa alegría contigo. Son la primera pareja gay de España, a la cual les han dado un niño en adopción. Tiene síndrome de Down, pero eso no les importa, cuando rellenaron la ficha, pusieron que no tenían inconveniente en que tuviera el síndrome. Ellos están muy contentos, y yo también, todavía no me lo creo. - Se disculpo otra vez por la intromisión, y volvió a su mesa de la cafetería, con una sonrisa de satisfacción en la cara.
Me quedé muerto, no sólo porque se hubiera acercado a mí sin casi conocernos, ni porque hubiera presupuesto que me iba a interesar la historia de unos gays que adoptan; si no porque, como hago siempre, me puse en el lugar de esta pareja, e imaginé mi vida con un niño. Y me vinieron a la cabeza en unos segundos un montón de preguntas: ¿Estaría yo preparado para tener un niño? Y todavía más ¿Estaría yo preparado para tener un niño al cual tuviera que ver morir? (la mayoría de los síndrome de Down no sobreviven a sus padres). ¿Les hubieran concedido ese niño si no tuviera el síndrome? Y muchas, muchas más preguntas que no digo para no aburriros.
Cada día, pero hoy especialmente, en el día del orgullo gay, hay que dejar constancia de estas discriminaciones. Hemos avanzado mucho, sí. En España los gays nos podemos casar, es cierto, pero sólo en 5 países del planeta se pueden casar las personas del mismo sexo. En España podemos adoptar, sí, pero sólo dos países del resto del mundo permiten la adopción homosexual. Todavía hay mucho trabajo por hacer, no solo en el terreno de la adopción, si no en cosas tan básicas como conseguir que ser homosexual no sea un delito en ninguna parte del mundo.
Feliz día del Orgullo gay.
Saludos, fotologgers.
Entrellat

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