martes, 19 de junio de 2007

Los nudos de la casualidad

Foto: escaparate de una tienda de corbatas en Roma.
El último día de Roma, en un momento en que mis compañeros de viaje hacían sus compras, me senté en el escalón de una puerta, y empecé a hacer fotos a la gente, a robar fotos, como yo le llamo. Hice tomas de pies, de las patas de un perro con su dueña, y pensé: total, las puedo borrar. Ahora cuando las miro, les encuentro algo especial, no son buenas, ni están bien encuadradas, pero a mi me recuerdan ese momento, y empiezo a imaginar la vida de las personas, y a crear unos personajes con ellas. ¿Dónde van las chinitas? ¿Dónde la señora con perro? ¿y la de los zapatos rojos, es amiga del señor que va a su lado, o sólo coinciden en el paso? ¿Será de aquí? Y pienso que soy un curioso, pero en realidad no me importa donde vayan, me importa más lo que yo me imagino. Y creo historias mientras espero, y espero mientras ellos compran. Y me levanto y veo un escaparate de corbatas, preciosas, todas de colores diferentes, ordenadas por tonos, y veo en el cristal del escaparate un reflejo, el de un edificio, y creo que tengo que hacerle una foto, y disparo. Y así nace mi proceso creativo. La lástima es que casi siempre es por casualidad. Tal vez algún día la casualidad se transforme en causalidad, y una foto bonita sea eso, causa de un trabajo, de un estudio bien hecho. Mientras tanto iré disparando, por si suena la flauta.
Que tengáis un buen día.
Saludos, viajeros.
Entrellat

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