lunes, 18 de junio de 2007

El ojo que no mira

Foto: Detalle del tragaluz del Panteón. Plaza de la Rotonda. Roma
Edificios de la época romana hay muchísimos en la ciudad eterna, pero tan bien conservados como este Panteón hay pocos. No os explicaré la historia, seguro que en wikipedia podéis encontrar una explicación más completa que la mía, sólo deciros que data del año 27 a. C., y que en él está enterrado entre reyes, Rafael, el magnífico pintor. Sorprende ver un espacio tan sencillo para tan grandes personajes.
A parte de la puerta, sólo existe esa abertura por donde entra la luz. Me hizo pensar que incluso cuando está cerrado el recinto, las almas de los que allí están enterrados, reciben la luz del día, la claridad de las estrellas, el frescor de la lluvia, el silbar del viento y ven volar a los pájaros; como si tuvieran la necesidad de seguir sintiendo el pasar del tiempo o de disfrutar de ese rayo de sol, o de esas gotas de agua, o del piar de las aves que sobrevuelan el Panteón; como si la vida les siguiera llamando.
En nuestra visita un coro de alemanes, o suecos, no los oí hablar, cantaron en medio del Panteón. Fue otro regalo para las almas de los que allí yacen, pero también para las almas de los que por allí andábamos. Esos momentos son los que hacen mágicos los viajes.
Si vais a Roma en agosto, cosa que desaconsejo, por las altísimas temperaturas, pero si aun así vais en esas fechas, id por la noche a la plaza de la Rotonda, donde está el Panteón, y disfrutad de una cena, o de un simple café en sus terrazas, mirando al majestuoso edificio. Una experiencia casi religiosa.
Que tengáis un buen día.
Saludos, viajeros.
Entrellat

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