sábado, 29 de marzo de 2008

V de trasVase

Foto: El Ebro a su paso por El Pilar. Zaragoza, marzo de 2008
Entre los años 1983 y 1985, se emitió en España una serie de televisión llamada “V”, en la que los protagonistas eran unos seres que ocultaban su verdadera forma de lagarto bajo una forma humanoide. Venían de la estrella Sirio para llevarse a nuestra gente como alimento, pero sobretodo, para robarnos toda el agua de nuestro planeta, ya que en el suyo hacía tiempo que se había acabado. Por aquel entonces, me parecía realmente imposible que seres tan inteligentes pudieran hacer un viaje tan largo para llevarse una cosa tan tonta y tan poco valiosa como el agua, y pensaba que realmente era una serie de ciencia ficción, y que el rigor era nulo.
No hace ni un mes que está tomada esta foto, justo cuando fuimos a visitar a unos amigos a Zaragoza. En aquellos días costaba encontrar un sitio donde al hacer una foto al río y a la basílica, no apareciera un trozo de tierra en medio del agua, por lo bajo del caudal. Este amigo que nos enseñaba su ciudad con mucho cariño, nos decía que era curioso pensar que en la época de los romanos, el Ebro era navegable hasta allí. Y mira tu por donde, esta semana, todos hemos visto por televisión que el Ebro se ha vuelto a desbordar a su paso por la ciudad, cosa que los de la oposición han vuelto a utilizar como arma arrojadiza para exigir la reinstauración del desafortunado Plan Hidrológico Nacional y del trasvase del río.
Esta semana también, el sindicato Unió de Pagesos (Unión de Payeses), se ha negado en rotundo a que se trasporte agua a Barcelona de las cuevas que ya eran utilizadas por los romanos, que están en el subsuelo de Tarragona, con el justo criterio que este agua que también es necesaria para sus regadíos, si se inyecta en la red general, no servirá sólo como agua de boca, como esgrime el gobierno de la Generalitat, si no también para abastecer a la industria de Barcelona.
La misma historia la tenemos en el trasvase Tajo – Segura, y en otros lugares de la geografía española, o en la todavía más compleja y faraónica obra del trasvase del Roina para traer agua a Cataluña.
Quién iba a pensar que el personaje de Diana, embutida en su ochentero traje rojo, estaba tan poco equivocada y que la lucha por el agua no sería sólo un argumento inventado para llenar las audiencias de las tardes de los sábados.
Desde mi ignorancia me pregunto de qué sirve inyectar más agua a la red general si luego el 20% de este agua nunca sale por los grifos, si no que se pierde en el trayecto; de qué sirve esto, si en Santa Coloma estarán más de un año para arreglar una fuga de agua de millones de litros diarios: de qué sirve trasportar agua, de un sitio a otro si la destinamos a regar campos de golf, o a inundar los campos en regadíos anticuados y poco eficaces.
Destinemos los recursos no a traer más agua, sino a gestionar mejor la que ya tenemos, a reciclar los millones de litros que se van por el retrete, a evitar que se pierdan millones de litros en las tuberías rotas; a impregnar en nuestros niños y nuestros adultos otra cultura del agua, en la que se nos enseñe a ser más eficaces y responsables con la gestión del agua. Si vamos trayendo agua sin tener en cuenta todo este tipo de factores, siempre necesitaremos más, y nunca acabaremos con los carísimos y poco sostenibles trasvases.
Que tengáis un feliz día, viajeros.
Entrellat

miércoles, 26 de marzo de 2008

Retorno al pasado II

Foto: Un amigo del instituto y yo. Sitges, a principios de los años 80
En la anterior actualización quedó pendiente explicar el por qué había sacado aquella foto del armario, que con la de hoy ya van dos. Ya os adelanto que no es tan interesante como pueda parecer, ni merece la pena la espera de diez días, pero a mí me ha dado pie a un debate interno que pensaba que sería más fácil de resolver, pero que durante estas vacaciones de semana santa se ha ido complicando.
La cosa es sencilla. Hace unos días recibí una llamada de una antigua amiga del Instituto, de cuando estudiaba BUP. Sí, ya se que a muchos os sonará a chino lo de BUP, y que si os digo lo que significaban las siglas os vais a quedar igual (Bachillerato Unificado Polivalente): el bachillerato, vaya, lo que hoy equivaldría a… ¿a qué coño equivale ahora el BUP? Ya ni me acuerdo, claro con tanto cambio de plan de estudios…
En fin, a lo que íbamos, que la llamada era de una antigua compañera a la que sigo viendo de vez en cuando ya que trabaja y vive por la misma zona donde yo vivo. Su llamada era para informarme que un grupo de antiguos alumnos de BUP, a los que hace más de 20 años que no veo, están organizando una cena y una fiesta, con pase de fotos actuales y de entonces, incluido. Su pregunta era si me apetecía ir.
Mi respuesta, casi sin pensarlo, fue un “sí, por supuesto”; a pesar de que en la anterior reunión de antiguos alumnos de EGB (la actual primaria) de hace 15 años acabé borracho como una cuba, y lo único que recuerdo de todo aquello es a mi mismo bailando como un descosido, como si fuera Marcos y me jugara la inmunidad en “fama”; y al día siguiente el despertarme en casa, en mi cama, con la camisa, los calcetines y los calzoncillos puestos, pero sin pantalones. Todavía hoy hay dos cosas que no me explico: primera cómo logré llegar hasta mi cama, y segunda de qué marca era el vino que tomé, para no volver a comprarlo en mi vida.
La pregunta que me vengo planteando desde entonces es si merece la pena reencontrar a toda la gente de BUP. A algunos los recuerdo con cariño, incluso tres de ellos siguen siendo algunos de mis mejores amigos, pero a la mayoría no los he vuelto a ver, y creo que no ha sido por casualidad, que la vida nos ha abierto diferentes caminos para que no tengamos que andar con estrecheces, ni pegarnos codazos. Una amiga, de estos tres que hablaba antes, me dijo que había muchos gilipollas entonces y que no creía que con el tiempo hubieran mejorado, sino todo lo contrario, y que no sabía si tenía ganas de volverlos a ver. Yo pensaba parecido. Pensaba que había tardado mucho tiempo en ser lo que ahora soy, en quitarme el lastre de todas esas estupideces de la adolescencia, que tanto daño me hicieron; aunque también creo que sin todo eso, no sería lo que hoy soy.
Por otra parte, me hacen dudar historias y comentarios como los de una compañera de clase, con la que casi no tenía relación entonces, que tuvo un accidente de moto, y que ha dicho esto sobre mí en una especie de foro que se ha creado al respecto:
“Por cierto, no estoy segura, pero creo fue el primero en llegar al accidente y se quitó su chaqueta y me la puso bajo mi cabeza cuando yo estaba tirada en el suelo. Lo recuerdo como un héroe sobre un caballo blanco. Era guapo, ¿verdad? ¿o mi recuerdo de esa imagen está distorsionada?”
Me hizo gracia leerlo, sobre todo porque no recordaba la anécdota, hasta que ella la escribió. En fin, que en este ir y venir me he pasado toda la santa semana, decidiendo si al final voy o no voy a ir. Mi parte morbosa y curiosa me dice que vaya, pero mi parte más sensible y miedosa me dice que no lo haga. ¿Y vosotros qué haríais?
Que tengáis un feliz día, viajeros.
Entrellat

domingo, 16 de marzo de 2008

Retorno al pasado

Foto: Unos amigos del instituto y yo. Algún lugar de la Costa Brava, verano de 1982

Si alguien hace algún comentario sobre el look de la foto, le corto los hue… Bueno, para eso es el blog, para que la gente haga sus comentarios, no? Así que, si alguien hace algún comentario… habrá que leerlo.
¿Por qué saco esta foto del cajón del armario? Y lo de sacar del armario no va con segundas, no, va con primeras. Bueno, primero os explico quienes somos y luego por qué la he sacado. Los dos de la izquierda, el chico y la chica, son dos de mis más antiguos y mejores amigos, el tercero por la izquierda soy yo, y el de la derecha es Enrique, otro amigo. Esta foto la tomamos en un camping de la Costa Brava, donde fuimos a pasar una semana juntos. Recuerdo con cariño aquella escapada, y sobre todo algunas anécdotas de lo que allí pasó. Recuerdo hasta la música que sonaba, una canción llenapistas, que se volvió a poner de moda por aquella época y que todavía hoy me llena de ilusión cuando la oigo: “Can’t take my eyes off you”. Es mi parte petarda, lo sé. El que esté libre de culpa que tire la primera piedra. Por cierto, a parte de los Village People y Queen, ¿alguien ha visto algo más gay que la coreografía y los atuendos de los bailarines?
En aquella semana todo fue muy inocente, no os vayáis a pensar, por aquella época todavía ninguno de nosotros había salido del armario, en ninguno de los sentidos. Hoy ya todos hemos salido, cada uno a su manera. Sí, porque los heteros también salen del armario, a ver si sólo los gays vamos a tener armarios, que si no dónde cuelgan sus trapitos sucios los heteros. En fin, que el de la izquierda, a parte de seguir siendo amigo mío, se casó, tiene un niño precioso, y es un hombre de provecho, y muy guapo por cierto. La chica de la foto, es hoy la misma persona generosa, amable y cariñosa que era entonces y, si bien la vida no le ha regalado con un marido que la haga feliz, sí que le ha regalado una hija preciosa, clavadita a ella, y que es la envida de cualquier padre. El tercero soy yo, ya me conocéis, con unos cuantos años menos, como todos, a ver si los años sólo han pasado por mí. El cuarto, el de la derecha, es Enrique al que el sida paró su tren y le hizo apearse muchas estaciones antes de lo que le hubiera tocado.
Como si de una premonición se tratara, recuerdo que en ese viaje estuvimos todos juntos en medio de la calle primero y en una plaza luego, cantando la canción aquella que decía “algo se muere en el alma, cuando un amigo se va…”. Qué paradojas, nos trae la vida, no?
Bueno y ahora tocaba explicar el por qué había sacado la foto del armario, pero veo que me queda poco espacio, así que ese tema lo guardo para la próxima actualización.
Que tengáis un feliz día, viajeros.
Entrellat

martes, 11 de marzo de 2008

Los nuevos pecados

Foto: Unas monjitas rezando. Granada, febrero de 2008
A todos nos suenan la lujuria, la gula, la avaricia, la pereza, la ira, la envidia, y la soberbia. Son los siete pecados capitales, establecidos por el Papa Gregorio I, y a los cuales todos en mayor o menor medida hemos sucumbido alguna vez.
Esta mañana me he quedado a cuadros cuando en las noticias he leído que la iglesia establece nuevos pecados, una nueva lista para añadir a la anterior, lo que ahora llaman “pecados sociales”: la manipulación genética, el daño ambiental, la acumulación excesiva de riquezas, el narcotráfico y hasta el consumo de drogas, entre otros.
Monseñor Gianfranco Girotti, decía con un cinismo típico de los mejores tiempos del PP, lo siguiente, que cito literalmente para que no parezca manipulado: "Uno no ofende a Dios sólo al robar, blasfemar, o desear la mujer del prójimo. También lo hace cuando daña el medio ambiente, participa en experimentos científicos dudosos y de manipulación genética; cuando acumula excesivas riquezas, consume o trafica drogas; y cuando ocasiona pobreza, injusticia y desigualdad social".
Pero si todo eso parece la lista de funciones de la iglesia. ¿No daña al medio ambiente la Iglesia cuando contribuye a fabricar armas en empresas de armamento pesado de su propiedad? No, seguro que no, no son ellos los que destruyen, matan y contaminan, no, son los que usan estas armas. ¿No tiene el Vaticano una de las mayores riquezas del mundo? No, seguramente no. Todo lo que hay en los museos Vaticanos, y en sus arcas, son solamente regalos; y de pequeños nos enseñan que los regalos no se pueden dar a los demás. ¿No ocasiona pobreza, injusticia y desigualdad social, su política anticonceptiva, que genera tantas y tantas muertes en África y el resto del mundo subdesarrollado? ¿No genera injusticia su negativa a admitir los matrimonios homosexuales, o a admitir a la mujer en el sacerdocio, entre otras tantas cosas?
En fin, que podríamos estar un mes entero enumerando las injusticias que la Iglesia ha cometido y comete actualmente y los daños que provoca, pero seguro que muchos ya los conocéis.
Después de unas declaraciones como las de Girotti, se puede aplicar cualquiera de las máximas del saber popular: “a Dios rogando y con el mazo dando”, “haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago”, o lo que nuestro sabio Quijote dijo a su amigo y compañero de fatigas: “amigo Sancho, con la Iglesia hemos topado”.
Que tengáis un feliz día, viajeros.
Entrellat