domingo, 16 de marzo de 2008

Retorno al pasado

Foto: Unos amigos del instituto y yo. Algún lugar de la Costa Brava, verano de 1982

Si alguien hace algún comentario sobre el look de la foto, le corto los hue… Bueno, para eso es el blog, para que la gente haga sus comentarios, no? Así que, si alguien hace algún comentario… habrá que leerlo.
¿Por qué saco esta foto del cajón del armario? Y lo de sacar del armario no va con segundas, no, va con primeras. Bueno, primero os explico quienes somos y luego por qué la he sacado. Los dos de la izquierda, el chico y la chica, son dos de mis más antiguos y mejores amigos, el tercero por la izquierda soy yo, y el de la derecha es Enrique, otro amigo. Esta foto la tomamos en un camping de la Costa Brava, donde fuimos a pasar una semana juntos. Recuerdo con cariño aquella escapada, y sobre todo algunas anécdotas de lo que allí pasó. Recuerdo hasta la música que sonaba, una canción llenapistas, que se volvió a poner de moda por aquella época y que todavía hoy me llena de ilusión cuando la oigo: “Can’t take my eyes off you”. Es mi parte petarda, lo sé. El que esté libre de culpa que tire la primera piedra. Por cierto, a parte de los Village People y Queen, ¿alguien ha visto algo más gay que la coreografía y los atuendos de los bailarines?
En aquella semana todo fue muy inocente, no os vayáis a pensar, por aquella época todavía ninguno de nosotros había salido del armario, en ninguno de los sentidos. Hoy ya todos hemos salido, cada uno a su manera. Sí, porque los heteros también salen del armario, a ver si sólo los gays vamos a tener armarios, que si no dónde cuelgan sus trapitos sucios los heteros. En fin, que el de la izquierda, a parte de seguir siendo amigo mío, se casó, tiene un niño precioso, y es un hombre de provecho, y muy guapo por cierto. La chica de la foto, es hoy la misma persona generosa, amable y cariñosa que era entonces y, si bien la vida no le ha regalado con un marido que la haga feliz, sí que le ha regalado una hija preciosa, clavadita a ella, y que es la envida de cualquier padre. El tercero soy yo, ya me conocéis, con unos cuantos años menos, como todos, a ver si los años sólo han pasado por mí. El cuarto, el de la derecha, es Enrique al que el sida paró su tren y le hizo apearse muchas estaciones antes de lo que le hubiera tocado.
Como si de una premonición se tratara, recuerdo que en ese viaje estuvimos todos juntos en medio de la calle primero y en una plaza luego, cantando la canción aquella que decía “algo se muere en el alma, cuando un amigo se va…”. Qué paradojas, nos trae la vida, no?
Bueno y ahora tocaba explicar el por qué había sacado la foto del armario, pero veo que me queda poco espacio, así que ese tema lo guardo para la próxima actualización.
Que tengáis un feliz día, viajeros.
Entrellat

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